"Encuentro de Dos Mundos: Explorando Nuevos Nexos" El Venado Castellano o Catellan Kéej.

Colaboración conjunta entre México y España que desde la Concordia y Cultura para la paz, se interesa por invitar a ciencias como la Historia, la Antropología, la Sociología, la Zootecnia, Derecho, Ciencia Política, Filosofía, Agronomía, entre otras. A revisar puntos de unión o nexos poco atendidos en lo que fue el encuentro entre dos mundos y que hoy suman una herencia compartida.

Este año toca al Venado Castellano o Castellan Kéej.

Lo que aquí consta es que lo que había eran ciertos Bisontes, cómo consta en la carta de Relación de Cortés en la que habla de que se lidiaron “ciertos toros”. A su llegada, al toro se le reconoce como Venado Castellano o Castellan Kéej, porque tenía belfos, pezuña hendida, astas y además es herbívoro. El venado también se refiere a un nahual o animal guardián en la cultura maya que representa la fuerza, la autoridad, los cuatro puntos cardinales y la conexión con la naturaleza. La presencia de éste Castellan Kéej, su portento, su peligrosidad impactaron profundamente a los pobladores originarios que pronto lo adoptan, lo hacen suyo y lo incorporan a su cosmovisión, a sus celebraciones y rituales. Poco a poco, lentamente pasa de venado a toro.

El objetivo primordial de este proyecto es celebrar el encuentro de dos mundos, reconocer puntos de unión y convergencia que perviven, sumando con ello a la concordia en las relaciones entre México y España. Se le suman dos objetivos más:

  1. Reivindicar que fuimos un Virreinato con todo lo que ello implica jurídica, política y económicamente. Nos interesa difundir conocimiento, ciencia, historia. Es decir, aportar elementos racionales que nos permitan conocernos mejor, deshacernos de complejos de culpa y victimización que nos han separado o que hoy abonan a la tensión entre ambos pueblos. Se trata de enriquecer el acervo cultural compartido y de rescatar nuestra herencia compartida.

  2. La invitación a pensarnos y reconocernos como Iberosfera, ese término geopolítico que abarca no solo un grupo de personas que hablan castellano, o un mercado integrado por millones, sino una comunidad, heredera de una cultura hispánica, que aún no reconoce el potencial que significaría su unión en un mundo que hoy se antoja tripolar.

Tenemos registros históricos datados en 1526 que hablan de juegos y festejos celebrados en los que se corrieron “ciertos toros” o cíbolos en el Nuevo Mundo, así consta en las cartas de relación de Hernán Cortés, es decir, no había ganado bovino, solo algunas manadas de bisontes en el norte del territorio.

Es otro ejemplo del mestizaje uso, costumbre y hasta en la gastronomía. Este poderoso venado va ganando un lugar propio, y se incorpora completamente a la identidad de los mexicanos, en su léxico “al toro por los cuernos, hacer un quite, pasarse de lanza, echar los perros…”, es parte fundamental de su dieta, interviene en ceremonias de los huicholes (wirarikas), en fiestas devocionales en la península del Yucatán, en Baja California norte y sur, en festejos taurinos, en la ganadería.

“Toros no se encerraban [en Chapultepec] menos de setenta y ochenta toros, que los traían de los chichimecas, escogidos, bravísimos que lo son a causa de que debe haber toro que tiene veinte años y no ha visto hombre, que son de los cimarrones, pues costaban mucho estos toros y tenían cuidado de los volver a sus querencias, de donde los traían, si no eran muertos aquel día u otros; en el campo no había más, …”

Sin embargo, el 24 de junio de 1526 que fue de San Juan..., “estando corriendo ciertos toros y en regocijo de cañas y otras fiestas..."[1] se corren toros en México por primera vez. Entonces ¿qué se lidió al citar el término "ciertos toros", si no había por entonces un concepto claro de la ganadería de toros bravos?

¿No serían cíbolos? El mismo Cortés se encargó de describir a un cíbolo o bisonte en los términos de que era un "toro mexicano con pelaje de león y joroba parecida a la de los camellos". “Animal de pelaje de león y joroba parecida a los camellos”.

¡Te imaginas unos tacos sin carne…? ¿Rabo de toro sin toro…?

Los bovinos son uno de los pilares fundacionales de cualquier civilización, el toro es patrimonio cultural de la Iberosfera porque tan originarios los mayas, los caxcanes, los mexicas, los wirarikas como los celtas o los íberos. Actualmente son un puente vivo de reencuentro entre España y México a través de las distintas y variadas expresiones de culto vigente a estos bovinos y mediante su impacto en la economía de ambos países. Se trata de abonar al reconocimiento de lo fue y significa el encuentro de dos mundos lejos de las versiones historiográficas construidas en el siglo XIX.

Coordina el proyecto la Dra. Fernanda Haro Cabrero con la colaboración de la Dra. Fabiola Poblano Ramos, ambas investigadoras de temáticas complementarias.


Mayores informes:

Correo: fernandaharocabrero@fundacioncarmentoscano.org

Domicilio: Calle Manuel M. Ponce 278, Colonia Guadalupe Inn, Alcaldía Álvaro Obregón, CDMX

Teléfono: 55 5512 7813

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[1] Hernán Cortés: Cartas de Relación. Nota preliminar de Manuel Alcalá. Décimo tercera edición. México, Porrúa, 1983. 331 p. Ils., planos (“Sepan cuántos...”, 7), p. 275

Fernanda Haro Cabrero

Integrante de la Fundación Carmen Moreno IAP. Doctora en Estudios Novohispanos por la Universidad Autónoma de Zacatecas, cuenta con una Maestría en Filosofía e Historia de las Ideas, y la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación. Originaria de San Luis Potosí, México. Ha publicado con la Editorial Almuzara el libro: España: Toros. Fundamentos y Futuro de un rito ancestral. Conferencista, investigadora especializada en temática novohispana. Cuenta en su haber varias publicaciones nacionales e internacionales. Miembro del Centro de Estudios Taurinos de México

Fabiola Adriana Poblano Ramos

Integrante de la Fundación Carmen Moreno IAP. Dra. en Ciencia Política. De origen Xoxhimilca, Caxcan, wirrarika-Najerij proveniente de una familia troncal comprobada. Gracias a su gestión, México ha sido designado como la sede internacional del Parlamento de Naciones Originales (PARNAO), consolidando al país como un centro neurálgico en la lucha global alimentaria, por los derechos de las comunidades indígenas, la preservación de las lenguas y culturas originales. El PARNAO, tiene como objetivo representar a las comunidades indígenas originarias en foros internacionales, creando espacios de diálogo y negociación con gobiernos, organismos de la sociedad civil.

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